Sobre un café nos conocimos, en solo días una amistad nació, se nos reveló.
Por esas mañanas tranquilas en la cocina, que era como oasis, solo importaba el café y la conversación.
Esos momentos de paz- más que necesarios; contienen una cualidad vidal.
Cuando hay mucho que hacer dentro muy poco tiempo uno se preocupa y calcula cada movimiento; se requiere tener esos ratos donde uno solo puede ser.
Por eso te agradezco tanto esas tazitas de café- ese líquido mágico que te mueve a hacer, y, cuando emparejado con buena plática, tambien a deshacer.
Ingestando esa bebida y sentir el efecto de la cafeína, junto con el placer de tu compañía, es la manera perfecta de empezar el día.
Probablemente sentiría igual si las tazas estuvieran vacías; diciendo que sobre un café por la mañana, sentí que sobró el café.